Cómo aportar una nutrición perfecta durante floración y cuajado en cítricos

agricultor en cítricos

Cómo aportar una nutrición perfecta durante floración y cuajado en cítricos es un asunto fundamental para este cultivo.

Los cítricos son un cultivo de hoja perenne, por lo que el comportamiento de la nutrición y la acumulación de reservas en el árbol es bastante distinto a lo que sucede con cualquier otro árbol que pierde las hojas en otoño y brota a finales de invierno o principios de primavera.

El cítrico es un cultivo exigente en nutrientes, dado que actualmente se alcanzan producciones importantes, con frutos de gran tamaño y acumulación de minerales y agua.

Como sucede con otros cultivos arbóreos, la floración es un periodo crítico donde tenemos que aportar de forma constante y equilibrada todos los nutrientes esenciales que el cultivo necesita, sin olvidar los microelementos.

Desde el momento en el que se produce la activación y salida de nuevos brotes, las raíces comienzan a activarse y es el momento ideal para iniciar las aplicaciones en fertirrigación.

A nivel foliar, progresivamente los botones florales empiezan a abrir y amostrar sus yemas de color blanco. Con el aumento de las temperaturas y la incidencia de la luz, la actividad del cítrico aumenta progresivamente, y con ello, las tareas de aplicación y corrección de nutrientes.

 

La importancia de los nutrientes en la época de floración y cuajado en cítricos

  • Nitrógeno: uno de los elementos más importantes, estimulando la brotación, el rendimiento del cultivo y la productividad final.
  • Fósforo: importante elemento que tiene gran responsabilidad en la floración, aporte de energía y productividad a largo plazo.
  • Potasio: elemento esencial durante toda la fase de desarrollo, asegurando un adecuado desarrollo inicial a partir de brotación y floración
  • Calcio: interviene en la división celular, la floración y el cuajado de frutos.

A su vez, los cítricos son muy exigentes en micronutrientes, pudiendo mostrar carencias a inicios de brotación que es preciso corregir lo antes posible para no entorpecer el desarrollo fenológico del cultivo.  Los elementos que más necesita por importancia son el hierro, zinc y manganeso.

Hierro: un elemento fundamental para la formación de clorofila y esencial en la producción y calidad de los frutos recién cuajados.

Zinc: un micronutriente muy importante para asegurar el cuajado de los frutos tras la floración. Suele aplicarse de manera foliar a partir de brotación por el mayor consumo de los brotes recién salidos.

Manganeso: después del hierro, uno de los microelementos de mayor consumo y relacionado con la calidad de los frutos cuajados y la acumulación de clorofila en las hojas.

Aportar los fertilizantes en la cantidad, tipo y etapa específica mejora el rendimiento y la calidad de la producción

Bioestimulantes para favorecer una mayor calidad de la floración y cuajado en cítricos

 

Junto a la correcta nutrición de los cítricos previo a la plena floración, existen complementos y estimulantes nutricionales que pueden mejorar la calidad de las flores y favorecer un mayor número de frutos, incidiendo directamente sobre su calidad.

Es habitual realizar tratamientos a partir de salida de botón o prefloración, de forma que se estimula a nivel energético y fitohormonal la calidad de las flores.

Productos como aminoácidos o algas marinas permiten un correcto equilibrio de la fenología de los cítricos, mejorando la calidad del polen y los procesos naturales derivados de la fecundación.

En esta etapa, suele combinarse la aplicación de estos bioestimulantes con correctores de carencias, siendo los más importantes el calcio y el boro (por su incidencia en la floración y calidad de frutos cuajados), así como micronutrientes esenciales como hierro, zinc y manganeso, entre otros.

 

🌱 ➡️ Extracto de algas (Augeo): proporciona una relación fitohormonal idónea en

auxinas y citoquininas para estimular la producción de nuevas raíces.

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🌱 ➡️ Calcio (Celeris): Aumenta el número de flores y frutos cuajados, así como garantiza un engorde y calidad del fruto u hoja, previniendo fisiopatías relacionadas con la carencia de calcio.

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☑️ ➡️ Breakout (Huma Gro): Estimula la producción natural (a expensas del balance energético del cultivo) de hormonas naturales relacionadas con auxinas y citoquininas.

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☑️ ➡️ Vitol (Huma Gro): Inductor hormonal de auxinas y giberelinas que favorecen la eloganción celular, el aumento del crecimiento vertical en el cultivo y el incremento del calibre de granos y frutos.

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☑️ ➡️ Calcium (Huma Gro): Reduce fisiopatías causadas por niveles reducidos de calcio, otorgándole una gran movilidad y capacidad de respuesta una vez ha sido absorbido.

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Los secretos para evitar el estrés durante el trasplante en las raíces

Las raíces son el cimiento y el motor de las plantas, ya que son capaces de obtener nutrientes y agua que, de otra forma, sería imposible para su desarrollo. Por ello, y aunque no las veamos, sus cuidados deben ser tan o más altos que la parte aérea, evitar el estrés durante el trasplante, la salinidad, las plagas y enfermedades, etc. En este artículo analizamos algunas pautas para estimular las raíces y el desarrollo radicular durante y en los primeros días después del trasplante.

La fertirrigación posterior al trasplante

En la 1ª o 2ª semana a partir del trasplante, suele ser frecuente aportar nutrientes de baja conductividad, como los fertilizantes orgánicos (aminoácidos, materia orgánica líquida, extractos húmicos, algas marinas, etc.), o bien mezclas que mejoran la respuesta de las raíces. Es habitual aportar nitrato amónico y fertilizantes hidrosolubles ricos en fósforo (NPK 13-40-13) a dosis bajas para que no perjudican la salida de raíces blancas o pelos absorbentes, muy sensibles a cambios bruscos en la rizosfera.

Consejos para evitar el estrés en las raíces durante el trasplante

Fácil disponibilidad de agua

La parte más importante de las raíces en una planta recién trasplantada son los pelos absorbentes o raíces blancas, ya que son los que más capacidad de absorber agua y nutrientes tienen. Sin embargo, son altamente sensibles a cambios bruscos de humedad, presencia de sales, temperaturas, etc.

Por ello, hay que cuidarlos desde el primer momento, aportando agua fácilmente disponible para fomentar su desarrollo, desplazar sales lejos del bulbo húmedo y fomentar la interacción con la microbiología.

 

1- Buena iluminación

Encontrar el punto óptimo de luz es fundamental para lograr un desarrollo equilibrado entre la parte aérea (tallo y hojas) y la parte subterránea (raíces).

Las plantas cultivadas al aire libre dependen fundamentalmente del clima y el agricultor tiene muy pocas posibilidades de modificarlo. Sin embargo, en los cultivos forzados en invernadero se pueden adaptar las condiciones de luz, humedad y temperatura.

Un exceso de luz reduce el desarrollo de la planta y le origina unas condiciones de estrés. En cambio, una falta de luz estimula el desarrollo del tallo, gastando una enorme cantidad de energía que impide la formación de raíces.

 

2- Evitar concentraciones altas de sales en el suelo

Especialmente si se ha plantado un ciclo de cultivo anterior al trasplante, es importante comprobar que el nivel de sales es el adecuado para el desarrollo de nuevas raíces y no va a causar ningún problema.

Por ello, la técnica por la que optan muchos agricultores es evitar utilizar el mismo agujero de siembra de la campaña anterior, moviendo la línea portagoteros y adaptándola a una nueva zona de plantación.

 

3- Aportar bioestimulantes radicular

Los bioestimulantes son un recurso importante a la hora de fomentar un mayor desarrollo de raíces. Se llaman así ya que tienen como valor “estimular” una parte de la planta o cubrir una etapa de desarrollo del cultivo.

Los bioestimulantes radiculares son encargados de fomentar una mayor producción de raíces y una mayor longitud de las ya existentes.

  • Bioestimulantes basados en materia orgánica o aminoácidos: aporta energía y carbono libremente disponible, a la vez que fomentan un entorno en la rizosfera apropiado para su desarrollo.
  • Bioestimulantes basados en algas marinas: contienen elementos estimulantes como fitohormonas naturales, oligosacáridos y sustancias activas que activan la salida de nuevas raíces.

 

Échale un ojo a estos productos de la gama Agran que pueden ayudarte en este preciso momento del cultivo, en el que lo más importante es evitar el estrés durante el trasplante en las raíces:

🌱AUGEO: activador fisiológico de raíz con un perfil auxínico clave para producir nuevas raíces y pelos absorbentes.
 
🌱RENOVO: promotor de microbiología autóctona con oligosacáridos y materia orgánica concentrada.

Los 3 problemas principales del trasplante

Existen 3 problemas pincipales del trasplante, que es una operación muy sensible que pone en riesgo toda la labor realizada en la germinación de semillas hasta la fecha de plantación. Las plántulas son muy poco tolerantes a los cambios de temperatura y humedad en el suelo en sus primeras etapas de vida, por lo que suelen sufrir el denominado ”shock de trasplante”. Para conseguir el éxito y la viabilidad de todas las plantas, en este artículo vamos a hablar de cómo evitar esos problemas.Seguir leyendo

Los 6 puntos más importantes para un trasplante de sandía y melón exitoso

El trasplante, junto con la etapa de floración y cuajado, es una de las etapas más críticas en el cultivo de melón y sandía. Esta operación es llevada a cabo entre los meses de febrero y marzo bajo cultivo de invernadero, y un poco más atrasado cuando se cultiva en el exterior, aguardando la llegada de temperaturas más primaverales que tanto necesitan las plantas cucurbitáceas.

En este artículo nos queremos explicarte los 6 puntos más importantes para un trasplante de sandía y melón exitoso.

La importancia de un sistema radicular sano

Al igual que los cimientos de un edificio, el sistema radicular es la base de sostén de cualquier planta y, aunque no podemos contemplarlas, es la clave de éxito de cualquier cultivo de alta producción.

Las raíces son el medio de conexión entre el suelo y la planta, aportando nutrientes y agua que, gracias a la fotosíntesis, formarán proteínas que permitirán la formación de nuevas hojas, tallos, flores y frutos.

Frente a un trasplante, debemos asegurarnos de disponer un sistema radicular fuerte y sano, formado por raíces de aspecto reluciente, tonalidades blancas y síntomas de juventud. Una plántula sana debe de estar formada por un gran número de pelos absorbentes. Éstos son los que, en primera instancia frente a un trasplante, pondrán en marcha toda la maquinaria de captación de agua para evitar cualquier situación de estrés o colapso.

Los síntomas de una planta con un sistema radicular sano y apta para el trasplante son:

  • Alta presencia de raíces de color blanco con aspecto sano.
  • La superficie de las raíces va acorde con el tamaño de la parte aérea (tallos y hojas).
  • Formación de pelos absorbentes por debajo del cepellón.
  • La arquitectura de la raíz se distribuye homogéneamente por toda la superficie, con alta presencia de raíces de desarrollo horizontal.
  • El cuello de la planta (unión de las raíces con el tallo principal) no presenta coloraciones pardas y tiene un aspecto robusto y crujiente.
  • Las hojas de la planta tienen un color verde natural y existen yemas apicales

 

Raíces de sandía

6 puntos clave en el trasplante de melón y sandía

1. Reducir estrés post trasplante

 El trasplante es una situación de estrés donde se cambian drásticamente las condiciones de humedad, luz y temperatura de una planta. La reacción natural ante esto es la pérdida de la turgencia celular, lo que desemboca en un aspecto apagado y débil, conocido en el argot agronómico como “tristeza”.

Por ello, el trasplante se debe realizar lejos de las horas centrales del día, con temperaturas más suaves y sin un exceso de iluminación. Además, debemos mantener el suelo en un estado de tempero o humedad ideal para que las raíces recién plantadas tengan libre disponibilidad de agua en las etapas posteriores.

A continuación, se suele aportar agua para humedecer las raíces y favorecer la rápida hidratación y turgencia de toda la planta.

2. Evitar excesos de humedad

El lado opuesto al punto anterior es un exceso de agua aportada en unas raíces muy sensibles, favoreciendo la pudrición y la falta de oxígeno en el suelo. El aspecto físico de la planta es muy parecido a la falta de agua, pero justamente ocurre lo contrario.

Este problema se suele dar en suelos que almacenan un alto porcentaje de arcillas, un material poco poroso que retiene muy fácilmente la humedad y causa encharcamientos ante un exceso de aporte agua.

3. Prevenir y controlar plagas, hongos y enfermedades de raíces y de cuello

Controlar el estado sanitario de la planta es fundamental para conseguir un trasplante exitoso y el desarrollo posterior de una planta productiva.

En suelos con problemas de hongos, el aumento de la humedad con los primeros riegos del trasplante y las temperaturas con tendencia a ser más cálidas, favorecen la entrada de hongos y enfermedades que afectan a las raíces y al cuello de la planta, causando pudrición.

Algunos de estas enfermedades pueden estar causadas por Phytophthora, Fusarium, Pythium, Verticilosis, Didymella bryonae.

También hay que prestar atención a ciertas plagas de ocurrencia en el suelo que también pueden afectar a las raíces y al cuello, como es el caso de moscas esciáridas (mosca del mantillo), caracoles, orugas y nematodos.

Antes del trasplante debemos asegurar que el suelo tiene una baja carga de hongos y bacterias patógenas.

De lo contrario, corremos el riesgo de que nuestras plantas se vean afectadas desde el primer momento del trasplante.

La aplicación de materias activas preventivas frente a hongos de suelo o, en agricultura ecológica, uso de hongos beneficiosos (Micorrizas, Trichodermas y solarización, son altamente recomendables.

Debemos estar atentos frente a cualquier síntoma de marchitez que nos permite identificar un problema de este tipo.

4. Evitar concentraciones altas de sales en el suelo

La parte más importante del sistema radicular en un trasplante son los pelos absorbentes, diminutas raíces jóvenes y de color blanco que tienen una gran capacidad de absorber agua y nutrientes. Sin embargo, son especialmente sensibles a la salinidad. Debemos evitar el uso de altas cantidades de fertilizantes salinos durante los primeros días del trasplante, siendo recomendable el uso de riegos solo con agua o fertilizantes orgánicos (no aportan mucha conductividad).

5. Control de la humedad y los riegos

La humedad es un factor fundamental para favorecer el desarrollo de las primeras raíces y evitar problemas de asfixia radicular.

El tempero o la capacidad de campo es el estado del suelo en el que conserva una relación de oxígeno y agua ideal para el desarrollo de cualquier cultivo, libremente disponible para su absorción por las raíces.

Los primeros riegos posteriores al trasplante será largos, conocidos como riegos de asentamiento, logrando un bulbo húmedo que cubra toda la superficie de las raíces, pero siempre sin encharcar.

6. Uso de materia orgánica y nutrientes para la raíz y fomento de la diversidad de la microbiología

Una vez hemos realizado el trasplante de una manera exitosa, solo queda seguir algunas sencillas pautas para estimular el desarrollo del sistema radicular y conseguir una planta fuerte y vigorosa.

El aporte de materia orgánica es una de las primeras recomendaciones antes de plantar. Un suelo fértil es aquel que contiene, al menos, un 2% de materia orgánica total.

Su aplicación antes del trasplante tiene enormes beneficios para el transcurso de la campaña de melón y sandía:

  • Mejora la retención de humedad pero con una correcta oxigenación de las raíces.
  • Actúa como tampón frente a cambios bruscos de pH que pueden dañar los pelos absorbentes.
  • Retiene los nutrientes y facilita el intercambio con la planta.
  • Activa la microbiología beneficiosa del suelo.
  • Mejora la temperatura del sustrato y favorece un mayor desarrollo radicular.

Cada vez más damos importancia a un suelo vivo, con alta presencia de todo tipo de microorganismos (bacterias, hongos, nematodos y un largo etcétera). Muchos de estos seres vivos realizan acciones junto con la raíz, aumentando la capacidad de las mismas de captar nutrientes y agua. A cambio, la planta cede al suelo azúcares muy importantes para continuar con el crecimiento de estos organismos microscópicos.

Un suelo fértil es un suelo con alta diversidad, reduciendo a su vez la acción de hongos y nematodos patógenos para el desarrollo de la planta.

Productos recomendados para trasplante de melón y sandía

Estos son los 6 puntos más importantes para un trasplante de sandía y melón exitoso. Pero frente a la fragilidad de las raíces recientemente trasplantadas, debemos buscar alternativas nutricionales que no aporten conductividad, como las soluciones orgánicas y ricas en materia orgánica.

Recomendamos el uso de extractos húmicos y materia orgánica líquida de aplicación directa al riego, fomentando la presencia de nutrientes y el rápido desarrollo de la microbiología autóctona del suelo.

Por otra parte, existen productos que actúan directamente sobre el sistema radicular, proporcionando energía fácilmente disponible para la planta y una correcta relación fitohormonal que estimula la producción de nuevas raíces.

  • Aminoácidos (Agran Amino 10): proporciona nitrógeno orgánico y aminoácidos de síntesis fácilmente asimilables por las raíces y con muy baja conductividad.
  • Extracto de algas (Augeo): proporciona una relación fitohormonal idónea en auxinas y citoquininas para estimular la producción de nuevas raíces.
  • Materia orgánica líquida (Renovo): estos productos favorecen unas condiciones idóneas en el bulbo húmedo para aumentar la asimilación de agua y nutrientes, al tiempo que favorecen un mayor desarrollo de la microbiología beneficiosa para la planta.

Síntomas de una planta con problemas de raíces

Una planta con un sistema radicular pobre tendrá muchos problemas para producir frutos y será mucho más sensible frente a plagas, enfermedades y cualquier tipo de estrés climático (calor, frío, etc.)

Por ello, hay varios síntomas que nos ayudan a observar una planta con problemas de raíces:

  • Raíces de aspecto marrón o negro, muy humedecidas y con una textura acuosa.
  • Baja cantidad de raíces, las cuales no sobresalen por el cepellón.
  • Sin presencia de pelos absorbentes o raíces blancas.
  • Arquitectura de raíz desequilibrada, sin presencia de raíces de crecimiento horizontal.
  • Daños físicos en el sistema radicular: raíces partidas, torcidas o dañadas.
  • El cuello de la planta presenta un aspecto blando y colores oscuros o pardos.

 

Cultivo de pepino en invernadero: 5 claves

Pepino en invernadero

El pepino es un alimento que se lleva cultivando y trabajando en la agricultura desde hace miles de años. Concretamente, su origen lo encontramos en regiones asiáticas, desde las cuales se extendió por todo el mundo, siendo hoy en día una de las hortalizas más populares en muchos países. Además, las nuevas técnicas agrícolas han propiciado que se extienda el cultivo de pepino en invernadero.

Por ello, en el post de hoy os mostramos algunas de las claves de su producción mediante este sistema tan utilizado en algunas zonas. En este sentido, el pepino se cultiva principalmente en las regiones de Granada, Murcia y Almería. Gracias a ello, España se sitúa entre los tres países de la Unión Europea que más producción de pepino aportan.

Condiciones climáticas para el cultivo de pepino en invernadero

Uno de los aspectos más importantes a la hora de cultivar el pepino son las condiciones climáticas en las que se encuentra. De este modo, para conseguir la mayor productividad y asegurar el bienestar de la planta se necesitan unas condiciones óptimas. Principalmente, debemos asegurarnos de que la temperatura se encuentre aproximadamente entre unos 20-28 grados. Por otro lado, es recomendable que los niveles de humedad oscilen entre el 50% y el 80%.

Suelo del cultivo

Otro aspecto de gran importancia es el estado del suelo. Uno de los puntos más importantes en este punto es el tema de la salinidad. El pepino no necesita ningún valor extremo de salinidad, sino que alcanza su mejor estado con una salinidad media. Por otra parte, también es de vital importancia plantarlos en un suelo con un buen drenaje. Además, utilizar un buen abono ayudará a su correcto desarrollo.

Poda

La poda puede ayudar a que el rendimiento del cultivo de pepino en invernadero sea mucho mayor. Entre otros beneficios encontramos que, en primer lugar, ayuda contribuye a que el fruto tenga una mejor presentación. En segundo lugar, también destaca que al realizar la poda, la planta puede recibir una mayor luminosidad y ventilación, lo que favorece su desarrollo. Además, también puede contribuir a regular los ciclos de cosecha.

Riego

El riego del pepino en invernadero está condicionado por una serie de factores como el propio sistema de riego o la calidad del agua que vayamos a utilizar.

No obstante, lo que sabemos a ciencia cierta es que el pepino es una hortaliza con altas necesidades de agua. Por ello, el riego por goteo es uno de los más óptimos ya que minimiza el desperdicio, aunque hay que prestar atención a la salinización del agua.

 

importancia del riego para cultivo de pepino en invernadero

Fertilizantes

Como cualquier otra planta, el pepino puede beneficiarse del aporte extra de nutrientes y elementos esenciales de los fertilizantes. En este sentido, debemos prestar especial atención a que la planta cuente con unos niveles adecuados de nitrógeno ya que se encuentra entre sus nutrientes principales.

Sin embargo, si tienes dudas respecto a cuál es la mejor solución para tu cultivo de pepino en invernadero, lo mejor es que contactes con nuestro equipo de expertos, quienes te ayudarán sin ningún compromiso.